LOS PROGRAMAS DE ACCIÓN TUTORIAL
Documentos Generales:
"Técnicas de Estudio"Título: " El subrayado "
LA TÉCNICA DEL SUBRAYADO
Decíamos en la ficha anterior que el estudio es una de las principales formas de aprender y aunque no es la única sin duda es la más ligada al trabajo intelectual.
Por el estudio y la lectura comprensiva, que en la práctica son la misma cosa, tratamos de llegar hasta el fondo del pensamiento del autor de un texto escrito.
Pero cualquier libro que leamos, o texto que estudiemos, está organizado y estructurado internamente con arreglo a un esquema que va de lo más general a lo más singular y concreto, de las ideas o datos fundamentales que son el soporte básico, a las ideas secundarias, a los detalles y los matices que completan, ilustran y enriquecen el contenido central, pero no constituye su esencia.
Cualquiera que se precie de buen lector, y el estudiante está obligado a serlo, debe conocer todos los secretos y técnicas que permitan llegar con rapidez a la comprensión de la estructura y organización de cualquier texto
Subrayar, hacer esquemas, resumir, tomar apuntes, comentar un texto, etc, son técnicas auxiliares del estudio y de la lectura, cuyo objetivo no es sólo la comprensión y retención de lo leído, sino el potenciar al máximo la eficacia del aprendizaje, fijando y relacionando los nuevos contenidos con los preexistentes y facilitando el recuerdo cuando convenga.
El subrayado o análisis de los contenidos.
«Subrayar» en un sentido estricto y etimológicamente no es otra cosa que trazar líneas, rayas u otras señales, debajo de ciertas palabras escritas que se desea destacar.
En un sentido más amplio, subrayar es resaltar determinadas palabras o frases de un texto durante la lectura con señales convencionales, según la importancia del contenido que entrañan, con el fin de discernir y clasificar mejor los conceptos, y, pasado el tiempo, evocarlos con mayor precisión, rapidez y claridad.
APRENDER A PROFUNDIZAR
Cuando después de una lectura reposada y detenida pretendemos profundizar en el auténtico sentido del texto que nos ocupa, lo primero que atrae nuestra atención es que no todos los datos ideas, aspectos y detalles qué conforman la información total ofrecida por el autor, tienen la misma importancia o rango.
Una parte de la información ofrecida está formada por las ideas centrales o básicas, que el autor suele resaltar y recalcar arropándolas con otras ideas secundarias que aportan datos precisos y enriquecedores para las ideas centrales o madres.
Otra parte de la información, a pesar de ser abundante y extensa, es secundaria, adicional o meramente ilustrativa, sin otro fin que matizar aspectos que no afectan para nada a los contenidos básicos
El subrayado como técnica de base que ayuda a leer y estudiar con aprovechamiento es una tarea que nadie debe hacer por ti y que jamás debes practicar en libros que no sean de tu propiedad, por razones obvias.
Al ser un paso previo y obligado para confeccionar tus propios esquemas y resúmenes, el subrayado te será de poca o nula utilidad si no eres tú mismo quien te ejercitas en destacar, entresacar y organizar las ideas principales del texto que lees.
Por lo demás, no tengas reparo alguno en subrayar personalmente tus libros o hacer anotaciones y observaciones marginales.
Los estudiantes inteligentes y prácticos hacen de sus libros una herramienta de trabajo capaz de servirles de la mejor forma y no dudan en anotar cuanto necesitan antes, durante o después de las explicaciones del profesor.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE SUBRAYAR BIEN?
Porque
SÓLO LO FUNDAMENTAL
Hay que subrayar exclusivamente lo fundamental. Todos los autores insisten en que hay que aprender a subrayar ideas y no palabras.
El secreto está en poner sumo cuidado en destacar las ideas básicas contenidas en palabras muy concretas que sintetizan esas ideas.
Subraya sólo las ideas clave de cada párrafo. Hay que subrayar lo menos posible, ya que si abusas, en lugar de facilitar la comprensión lectora, lo harás más difícil.
ATENCIÓN A LOS TECNICISMOS
También debes subrayar las palabras técnicas o específicas del tema objeto de estudio, así como cualquier otro dato relevante que ayude a una mejor comprensión global.
Para comprobar si el subrayado se ha hecho bien, los autores aconsejan hacerse preguntas sobre el texto leído y si las respuestas corresponden básicamente a lo que se ha subrayado, es una prueba clara de que es correcto.
Hay muchos textos que traen ya subrayados algunos párrafos o palabras. Quizá estos te pueden servir de ejemplo, pero es mejor que tú elabores tus propios subrayados. Son mas personales y eficaces.
Sin duda, el subrayado de un texto, como ya se ha dicho, debe ser una tarea personal de cada estudiante, pero es bueno que sepas las tres maneras de subrayar o destacar los contenidos según su importancia.
Subrayado lineal (líneas o colores diversos).
Aunque literalmente subrayar es trazar líneas debajo de determinadas palabras o frases, el subrayado lineal se hace de dos formas
1.ª) Destacando con doble raya (=) las ideas principales, con una raya (-) las ideas secundarias más relevantes, con raya discontinua (----) las ideas secundarias de escasa relevancia y con línea de puntos (....) los matices y aspectos que afectan poco o nada a las ideas centrales.
La línea ondulada puede servirte para las palabras o frases que precisan mayor aclaración o explicación.
2.ª) Empleando distintos colores en el subrayado: el rojo para las ideas principales, el azul para las secundarias relevantes, el verde para las secundarias menos relevantes, el negro para los matices y el naranja para las palabras o frases que precisan ser completadas o explicadas
Estructural o de engarce.
Consiste en hacer breves anotaciones en el margen izquierdo del texto, justo a la altura de cada párrafo, resumiendo en tres o cuatro palabras el contenido del mismo.
Es fundamental hacerlo de una forma limpia y ordenada y conectar la síntesis del contenido de las distintas anotaciones marginales de los párrafos de un texto mediante orden lógico que puedes facilitar numerándolas. De lo contrario, el texto perdería sentido.
Este tipo de subrayado te ayudará, no menos que el lineal, a confeccionar estupendos esquemas y resúmenes de cada lección.
Critico o de realce.
Unos simples signos convencionales colocados al lado derecho del texto te servirán para dejar constancia de lo que piensas, sientes, dudas, echas en falta o no terminas de comprender mientras lees o estudias.
He aquí algunos: "¡ !" sorpresa, extrañeza, «¿?» no lo entiendo «*» lo que ahí se dice es fundamental, «+» sobreabunda y reincide en lo ya expuesto, « - » faltan datos, no da el autor suficiente información, "//" contenido fundamental que se piensa utilizar muy pronto para algún trabajo, conferencia o tema que se tiene entre manos «F... » acotación de trozos de texto de un valor excepcional que merecen ser enmarcados para trabajar en el futuro sobre ellos
Estos signos convencionales puedes aumentarlos o reducirlos según te convenga.
De lo que se trata es de que aprendas a trabajar un texto escrito para sacarle el máximo provecho
FAMILIARIZARTE CON EL CONTENIDO
En ningún caso debes iniciar el subrayado en la primera lectura, ya que no has tomado todavía contacto con el contenido del texto y corres el peligro de tomar como portadoras del contenido fundamental palabras o frases que no expresan otra cosa que aspectos adicionales y en lugar de servirte el subrayado como medio para aclarar, discernir y destacar lo esencial de lo secundario, lo que haces es sembrar confusi6n ya desde el principio
Peor todavía es subrayar a medida que se lee, sin tan siquiera una lectura previa o de «toma de contacto».
Las personas ya entrenadas en la lectura comprensiva realizan el subrayado durante la segunda lectura, que yo denomino de hincar el diente, que es cuando ya se perfila claramente la estructura general del texto y el entramado básico de los contenidos.
SEGUIR UN ORDEN
Los estudiantes poco entrenados deberían efectuar el subrayado lineal durante la tercera lectura y párrafo por párrafo cuando ya se ve claramente las diferencias entre los contenidos básicos expresados por las palabras que sintetizan las ideas madres y los contenidos adicionales y menos relevantes.
Recuerda que la lectura comprensiva habrá de ir siempre por delante del subrayado y no has de escatimar el que tengas que volver a releer varias veces un párrafo, para subrayar adecuadamente.
Todo, menos subrayar al tuntún y de forma arbitraria como hacen los malos estudiantes.
Formúlate a tí mismo diversas preguntas.
Ahora es cuando debes autoformularte toda clase de preguntas sobre el tema que estás estudiando sirviéndote tanto de los títulos como de los subtítulos y de las preguntas que el mismo autor formula al principio o al final de cada capitulo.
Las respuestas estarán, de forma más o menos explícita contenidas en el subrayado del texto que terminas de hacer.
Si el subrayado lo has hecho bien no debes tener demasiadas dificultades para encontrar las respuestas adecuadas.
Este ejercicio te servirá de gran ayuda para que se inicie ya el verdadero aprendizaje de la lección.
CUÁNDO EMPLEAR EL SUBRAYADO
Es más conveniente hacer primero el subrayado lineal y después el estructural y el critico, por este mismo orden.
La razón es que el estructural no es sino un resumen brevísimo de cada párrafo que precisa apoyarse en el subrayado lineal y el critico; mal podría llevarse a cabo si no se ha profundizado ya plenamente en el contenido del texto. No podemos criticar lo que no conocemos a fondo.
De ahí que toda lectura comprensiva deba incluir de manera más o menos directa, explícita o implícita estos tres subrayados.
Sin duda pensará el lector que los adultos que por su profesión están continuamente leyendo, no necesitan tanto artilugio para leer con aprovechamiento. Es verdad, porque su gran destreza y entrenamiento intelectual les permite en un solo acto mental realizar de modo paralelo y prácticamente sincrónico estos tres tipos de subrayado en su mente, sin necesidad de materializar físicamente el subrayado.
Es lo que le ocurrirá al estudiante después de mucho practicar.
Recuerda: la lectura provechosa consiste en descubrir esas pocas palabras en las que están contenidas las ideas fundamentales.
Aprende a descubrirlas entre las demás y verás cómo el sentido del texto se estructura en torno a ellas.
Cuando descubras alguna, destácala y después haz tuyo el contenido de esas ideas, exprésalo con palabras sencillas y engarza esos contenidos con los que ya conoces y comprendes y con los que tiene plena relación.
Podrás comprobar cómo comprender te resulta más fácil.